lunes, 4 de julio de 2011

CARTA DE UN VECINO DEL PARQUE

ES  HORA  DE  COMPROMETERSE

EL  DETERIORO DEL PARQUE LEZAMA EXIGE UNA RESPUESTA


El Día Internacional del Patrimonio es un buen momento para reflexionar sobre el calamitoso estado en que se encuentra el Parque Lezama. Porque aunque suene extraño y, tal vez, algunos no lo sepan, el parque es Monumento Histórico Nacional, según el Decreto 437/97.  

La historia de los reclamos para evitar que el Parque Lezama desaparezca de la ciudad, se parece bastante a la “prédica en el desierto”. En algo se han puesto de acuerdo las administraciones municipales de los últimos 20 años: hacer oídos sordos a los reclamos de vecinos, organizaciones de la comunidad, arquitectos paisajísticos, defensores del patrimonio, personalidades de la cultura y, especialmente, la justicia.

Atendiendo a un recurso de amparo, el juez Ricardo Zuleta (Juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario nº 10) condenó al gobierno de la ciudad a su puesta en valor. En las fojas 255 a 261, el propio juzgado califica el estado del parque. Y termina el informe con estos términos: “Conforme lo allí expuesto, es claro el estado de abandono del predio”.

La decisión del juez no es antojadiza. Está basada en los artículos 26, 27 (incisos 3 y 4) y 104 (inciso 24) de la Constitución de la Ciudad. La sentencia es de diciembre de 2005, y la resolución de la Cámara de Apelaciones (Sala 1), ratificando la medida judicial, es de junio de 2006. Todos estos años han pasado en vano. La administración no ha hecho absolutamente nada.

Por lo visto, se trata de funcionarios obcecados. El juzgado ha impuesto una multa diaria de 100.- pesos sobre el sueldo del Jefe de Gobierno por incumplimiento de sentencia. Pero, hasta el día de hoy, el gobierno parece mejor dispuesto a pagar la sanción antes que recuperar el parque.

Esta administración realizó, al comienzo de su gestión, uno de los mejores proyectos de recuperación del parque que se tengan memoria. Un trabajo impecable, realizado por profesionales altamente calificados, que ha contado con el beneplácito de vecinos y organizaciones profesionales, ha sido inexplicablemente “guardado en un cajón”.  A tenor de las evasivas y dilaciones de las autoridades, cualquier emprendimiento seguirá “guardado en un cajón”.

Apelamos a la memoria histórica y cultural de los legisladores, autoridades comunales y ciudadanos preocupados en la defensa del patrimonio de la ciudad. Apelamos a su sensibilidad y compromiso con los lugares y sitios históricos en donde nació la ciudad, como es el caso del parque Lezama. Apelamos a la responsabilidad institucional de las autoridades y legisladores para el cumplimiento de una sentencia ejemplar y en la aplicación de la Ley de Patrimonio porteña que tantas veces es mencionada y pocas veces respetada y mucho menos ejecutada.

CESAR SARMIENTO