Luis:
Desde el fin de año -el tiempo es veloz, ya han pasado casi cinco meses- en que nos vimos en el Lezama a cuento del acto navideño que organizo la gente del HSBC hemos estado expectantes a la espera de ver ALGO de lo prometido en cuanto a la puesta en valor del parque.
Muy al contrario de lo que esperábamos, su estado de postración avanza aceleradamente. No hace falta ser ningún entendido para ver:
1 El FIBUS BENGALENSE, un ejemplar único, en estado lastimoso. Clama auxilio de solo mirarlo. Aún protegido el espacio por una sentencia judicial, es imposible convencer a las “proteccionistas” que no pueden instalar allí un hogar de gatos
2 Palmera moribunda (hay varias)
3 Espacio de la cancha de bochas donde se talaron dos árboles en SEPTIEMBRE. No vimos plantados los que debieran suplirlos, pero si vimos la mesa y bancos de cemento que el centro de jubilados instaló a la semana en ese mismo lugar.
4 Pedestal vacío del sendero de los copones, de donde desapareció uno de ellos. Nadie sabe de su destino.
Y podría seguir con muchos otros temas, pero prefiero dejar lugar al comentario de un vecino que escribió a La Nación el 25.04 quejándose del estado de “su” parque:
PARQUE LEZAMA, UN SITIO DIEZMADO
Los vecinos quieren que el parque Lezama vuelva a ser el histórico espacio verde que supo ser. "Hoy lo vemos sembrado de caca de perros, se juega a la pelota en toda su extensión, los tamborilleros practican sus bum bum, los sin techo duermen en los bancos, los jóvenes se drogan y, cuando están exhaustos, duermen donde caen. Sábado y domingo quioscos de dudosos artesanos por centenares se apoderan del parque, hay ciclistas en todos los caminos sorteando paseantes peligrosamente, se multiplican los niños que piden monedas, los karting y las patinetas esquivando. Para amenizar el disparate, todos los monumentos y alegorías se encuentran dañados o destruidos. ¿Hasta cuándo?", se preguntó el lector Máximo Salaberry.
Coincido 100% en lo expresado por el vecino. Hasta el cansancio están denunciadas todas las anomalías que expone. La feria que lo invalida toos los fines de semana no tiene, al parecer, la más mínima intención de mudarse. Cruzarlo de noche es una aventura de riesgo seguro. Sus monumentos están colapsados. Sus árboles se mueren…
Se acordarán del Lezama ahora, que andan todos contando votos? O deberemos pensar en seguir, tozudamente, reclamando a quienes sean gobierno en pocos meses por lo que resta de él?
Saludos cordiales,
Graciela M Fernández
Asoc. Civil Mirador del Lezama
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