21 de junio de 2012
Espacio
público / Proyecto para un sitio histórico
Lanzan otro plan para renovar el abandonado parque Lezama
La inversión
será de 19 millones de pesos; los vecinos, entre ansiosos y
descreídos
Un nuevo
proyecto, una nueva esperanza. Aunque escépticos después de tantas promesas
vanas, los vecinos del parque Lezama quieren creer que un ambicioso proyecto de
renovación pondrá fin a tantos años de desidia y abandono.
de cemento rotos representan apenas una imagen del paupérrimo estado de uno de
los parques más grandes de la ciudad. Foto: LA NACION / Santiago
Filipuzzi
Está en San
Telmo, es el más antiguo de la ciudad y, con 80.000 metros cuadrados, también es
uno de los más grandes. Pero está en pésimas condiciones. Casi no tiene césped y
los bancos, bebederos, senderos y monumentos están destruidos.
El ministro
de Ambiente y Espacio Publico de la Ciudad, Diego Santilli, adelantó a La Nacion
un plan para reciclar el parque. Con una inversión de más de 19 millones de
pesos, se propone "recuperar su esplendor original, respetando sus
características históricas y su imagen paradigmática, pero acorde a los nuevos
usos y realidades".
Habrá dos
etapas. En un primer momento se colocarán rejas perimetrales y se mejorarán
monumentos y obras de arte. El gobierno de Mauricio Macri espera tener lista
esta primera fase para fin de año.
En la segunda
etapa se trabajará sobre el anfiteatro de la calle Brasil y el patio de juegos
que se asoma a la calle Defensa, además de la recuperación de sanitarios,
equipamiento y riego. Estas intervenciones estarían listas para mediados del año
próximo.
"El parque
Lezama está en un lugar de privilegio de la ciudad -dijo Santilli a La Nacion-.
Es un espacio con mucha historia y que refleja como pocos la identidad porteña.
Desde su entorno tanguero hasta su mística literaria, ya que Ernesto Sabato lo
utilizó como escenografía en Sobre héroes y tumbas ."
La actual no
es la primera promesa de renovación que se les hace a los vecinos del parque. A
fines de 2008, la gestión de Macri presentó un ambicioso proyecto para
restaurarlo, recuperar sus especies y devolverle las rejas que alguna vez tuvo.
La inauguración estaba prevista para los festejos del Bicentenario, en mayo de
2010. Sin embargo, las obras nunca comenzaron.
Situado entre
las avenidas Paseo Colón y Martín García, la adoquinada calle Defensa y la
avenida Brasil, el parque fue el jardín de la quinta colonial de la familia
Lezama. Al morir Gregorio Lezama, en 1889, su viuda cedió la residencia a la
municipalidad y en el edificio se instaló el Museo Histórico
Nacional.
Declarado
Area de Protección Histórica, el arquitecto francés Carlos Thays estuvo a cargo
del diseño de un paseo público a principios del siglo XX. Hizo del espacio verde
un parque con lleno de senderos pensados para el paseo y la
contemplación.
Pero algunos
decidieron pasar de la contemplación a los hechos. Cansada de ser testigo del
deterioro del parque, la vecina Graciela Fernández formó la Asociación Civil
Mirador del Lezama. Decididos a salvar este espacio, los vecinos entendieron que
el camino era la vía legal. En 2004 presentaron un recurso de amparo para exigir
la protección íntegra del espacio verde y el juez Hugo Ricardo Zuleta, a cargo
del Juzgado Contencioso Administrativo y Tributario Nº 10, falló a su favor en
2005. El magistrado dio la razón a los vecinos y obligó a la Ciudad a cumplir
una serie de disposiciones para mejorar el parque. El Gobierno apeló, pero la
Cámara ratificó en mayo de 2006 lo actuado por el juez.
El monumento a la cordialidad está totalmente deteriorado. Foto: LA
NACION / Santiago Filipuzzi
Finalmente,
la sentencia de Cámara obligó a la Ciudad a ocuparse del lugar. Ante las
sucesivas demoras, el 28 de octubre de 2008 el juez resolvió enviar una orden de
embargo sobre "los salarios que mensualmente percibe el Sr. jefe de gobierno,
Mauricio Macri, (...) correspondientes a la aplicación de la multa diaria de $
100, impuesta desde febrero de 2007, que asciende a más de 100.000 pesos y se
seguirá incrementando hasta el cumplimiento de la sentencia", dice el
dictamen.
Una de las
principales preocupaciones de los vecinos es el patrimonio arbóreo. Según el
último relevamiento, de 1986, el parque había perdido un tercio de sus árboles.
En tantos años, la situación se agravó notablemente. También alarma el poco
verde de los suelos: el 50% de éstos está sin pasto.
Quienes viven
en los alrededores del parque están ansiosos con el nuevo proyecto. "En lo que
me atañe, como el apóstol Tomás, creeré cuando vea y toque", ironizó
Fernández..
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