miércoles, 14 de abril de 2010

ASÍ SE NOS FUE EL LEZAMA

El Lezama espera…. y desespera….

Su arboleda, que no tiene recambio, en su mayoría ejemplares de más de cien años, declina lentamente, aquejada por pestes de todo tipo.
No es cortando ramas ya secas y sacándoles restos como se podrá preservar lo que queda.
Difícil que en los tiempos que corren aparezca otro Lezama trayendo ejemplares exóticos de todos el mundo para hacer lo que fue “el parque más bello de Buenos Aires”



El 50% del parque es tierra pelada, triste remedo de un potrero cualquiera…





Cualquier lluvia origina que, sin contención alguna, la tierra se deslice a los caminos peatonales y los convierta en lodazales. Eso, en los canteros. En las barrancas, lentamente se van descalzando los árboles…


Gracioso -si no fuera patético- intento de solucionar el desastroso estado del monumento a la Cordialidad Internacional. Tres maderas cruzadas pretendiendo ¿contener? una mole de varias toneladas de peso (ver último archivo)
Hasta ahora, el único ente que estoy segura ha tomado parte en este oprobioso hecho que dio cuenta de un monumento regalo del país hermano de Uruguay (que no creo se sienta muy halagado por el cuidado que se le dispensa) es la Guardia de Auxilio.
Según el informe que se me remitiera, quedémonos tranquilos que no se va a venir abajo y un día de estos merecerá otra atención.


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